AFP
Virginia se convirtió esta semana en el primer estado del sur de Estados Unidos en abolir la pena de muerte después de que el gobernador, Ralph Northam, firmara una ley que convierte este territorio en el 23º del país en prohibir esta práctica.
En una ceremonia en la prisión de Greensville, donde se ejecutaba a los presos, Northam defendió que la prohibición es lo que es “moralmente correcto”.
Virginia ha llevado a cabo más ejecuciones que ninguno de los otros 50 estados de Estados Unidos, con cerca de 1.400 condenados a muerte, desde su fundación como colonia a principios de 1600.
“Firmar esta ley es lo que es correcto hacer”, dijo Northam, quien destacó que la historia de Virginia es algo de lo cual enorgullecerse, exceptuando la pena de muerte.
Un total de 102 personas fueron ejecutadas en la cárcel de Greensville desde su apertura en 1991. La última ejecución llevada a cabo en este estado fue en 2017.
El gobernador afirmó que la aplicación de la pena de muerte en Virginia se llevaba a cabo con defectos de procedimiento y además tenía sesgos raciales.
“Virginia ha estado a punto de ejecutar a personas inocentes y los ciudadanos negros son condenados de una forma desproporcionada a sentencias de muerte”, indicó.
El gobernador dijo que se sabe que el sistema no siempre funciona. “No le podemos dar la pena capital a alguien sin estar 100% seguros de que estamos en lo correcto”, señaló.
Northam detalló que en el siglo XX, 296 de los 377 condenados a muerte en Virginia fueron ciudadanos negros.
Además, citó estudios que muestran que los condenados tienen tres veces más posibilidades de ser sentenciados a muerte por un crimen si la víctima es blanca que si es una persona negra.
“No es justo”, agregó. “Se aplica de una forma diferente dependiendo de quién sea uno”.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) celebró la abolición de la pena de muerte en el estado, y añadió que sus principales preocupaciones sobre la aplicación de este castigo incluyen “el riesgo de ejecutar a personas inocentes, la arbitrariedad e injusticia en la aplicación de la misma, y el trato inhumano que caracteriza la permanencia en el corredor de la muerte”.
– Cadena perpetua para los condenados –
La Cámara de Delegados de Virginia aprobó con 57 votos a favor y 41 en contra el mes pasado poner fin a la pena capital, dos días antes de que el Senado estatal aprobara una ley similar.
Desde que el estado reinstauró la pena de muerte en 1976, se ha convertido en el segundo territorio después de Texas que más personas ha ejecutado.
Esta región del sur de Estados Unidos albergó la capital de la Confederación que luchó contra los estados del norte para mantener la esclavitud, y en el pasado hubo linchamientos de personas negras.
En tanto, a los dos condenados que esperaban en el corredor de la muerte se les conmutará su sentencia por cadena perpetua, sin acceso a la libertad condicional.
La pena de muerte ha sido abolida en 23 estados, mientras que en otros tres -California, Oregon y Pensilvania- hay una moratoria a su aplicación.
En total, en Estados Unidos fueron ejecutadas siete personas el año pasado por la justicia de los estados, ya que muchas condenas fueron suspendidas por la pandemia.
Al mismo tiempo, el expresidente Donald Trump reanudó las ejecuciones a nivel federal y 13 personas fueron ultimadas entre julio de 2020 y el 20 de enero, cuando el republicano dejó el poder.
Su sucesor, el demócrata Joe Biden, ha prometido abolir la pena de muerte a nivel federal.