Reforestar como forma de limitar el calentamiento global: desde varias multinacionales hasta muchos jefes de Estado no siempre muy “verdes”, este sistema es en general aceptado por consenso, pero también demuestra sus fallos, que una empresa finlandesa quiere allanar mediante la tecnología.
Aunque la plantación a gran escala se ha vuelto muy común para combatir el calentamiento global, muchos expertos advierten sobre los riesgos de daños naturales o de malgastar dinero a causa de derivas o proyectos mal enfocados.
En 2020, Mika Vanhanen, fundador de la oenegé finlandesa ENO, responsable de la plantación de unos 30 millones de árboles en todo el mundo durante 20 años, se asoció con Pekka Harju-Autti, experto en “tecnología medioambiental”, para desarrollar un nuevo modelo de plantación.
La idea: utilizar la tecnología para corregir las derivas o errores del modelo existente.
Al cabo de varios años, “algunos árboles plantados murieron porque no contábamos con los recursos para cuidarlos”, señaló a la AFP Vanhanen.
De acuerdo al sindicato de silvicultura turco, por ejemplo, casi la totalidad de los 11 millones de árboles plantados en el país en ocasión del Día nacional de los bosques, en 2019, murieron en pocos meses.
En Chile, un estudio reveló por su parte que algunos propietarios aprovecharon las ventajas financieras que otorgaba la plantación de árboles, talando bosques que reemplazaban por otros nuevos, sacando enorme provecho del dinero recibido.
Para evitar estas situaciones, los ‘ecociudadanos’ pueden ahora plantar árboles y seguir su evolución gracias a una sencilla aplicación de smartphone.
– Conservar vivos los bosques –
Mediante su programa bautizado “TreeBuddy”, Mika Vanhanen y Pekka Harju-Autti invitan a empresas y personas a “comprar” uno o más árboles, de los que también tendrán que pagar su mantenimiento durante 25 años.
“Cuando plantan un árbol, los habitantes de las cercanías toman una foto geolocalizada por lo que reciben un euro para su comunidad. Un año más tarde regresan para constatar el crecimiento del árbol, sacan una nueva foto y perciben nuevamente un euro al igual que cinco y diez años más tarde”, explica Harju-Autti.
Ese euro costea el mantenimiento anual de cada ejemplar, desde el riego hasta la protección de los árboles contra la fauna.
Una cifra tentativa es entre 7.000 a 10.000 árboles plantados por comunidad, lo que asegura una buena forestación al cabo del tiempo.
La aplicación para smartphones también permite al usuario controlar su propio “bosque virtual”, pero lo más importante es que la financiación por mantenimiento fomente que las comunidades mantengan vivos sus bosques, prosigue.
“Una de las causas por las cuales la Amazonía se está quemando es que las poblaciones locales no siempre perciben que obtienen beneficios económicos de sus bosques, por lo que a veces las decisiones no son las adecuadas”, indicó Harju-Autti.
“TreeBuddy” ha sido factótum de la plantación de unos 30.000 árboles en Filipinas, Tíbet e India, y ha logrado fondos para plantar aún más, sobre todo en Asia, África y América.
De acuerdo a Pekka Harju-Autti y Mika Vanhanen, su programa debería evitar además otros problemas. algunos vinculados a la plantación masiva de árboles, como la intromisión de especies de otras regiones o daños en el ecosistema existente.
En enero una investigación británica fijó diez “reglas de oro” para plantar árboles con el objetivo de evitar el fracaso de algunos proyectos a gran escala.
En particular, los autores de este estudio recomiendan que las poblaciones locales se encuentren en el centro de los proyectos y que, en la medida de lo posible, la regeneración natural de los bosques se vuelva una prioridad.