AFP
Un año después de registrar los primeros casos de Covid-19 y tras varios confinamientos, Sudáfrica recupera el aliento luego de superar la segunda ola de la pandemia, con las cifras de contagios en su punto más bajo y los hospitales con menos pacientes.
“El país salió claramente de la segunda ola”, más “devastadora” porque se basó en una variante local más contagiosa, dijo el domingo el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa.
La semana pasada, una clínica de Ciudad del Cabo colgó en una ventana un cartel alegre que decía: “Cero pacientes con Covid-19”.
Una nota de optimismo al cabo de un año terrible que dejó más de 50.000 muertos en el país africano más afectado por la pandemia.
Sudáfrica registró 1,5 millones de casos de Covid-19.
Sin embargo, los médicos y el personal sanitario se mantienen alerta, preocupados por el mal inicio de la campaña de vacunación y el riesgo de una tercera ola, en mayo o junio, cuando lleguen los días fríos.
“Estamos aliviados, porque las cifras son buenas y nuestros pacientes están menos enfermos”, confiesa a la AFP Constance Mathibela, enfermera del hospital de Thembisa, un municipio al este de Johannesburgo.
– “Necesidad de vacaciones” –
En la última semana se registraron solamente 500 casos adicionales de Covid-19, contra 21.000 el 7 de enero pasado, en el punto álgido de la segunda ola.
En Thembisa, el personal sanitario recuerda cada una de las fases de la pandemia.
“Al principio daba miedo porque no sabíamos casi nada sobre el Covid”, dice Constance, primera enfermera asignada al departamento de Covid del hospital público.
Una compañera experimentada, Salome Nkoana, recuerda que tenía miedo de no saber cómo ayudar a sus pacientes, miedo de contagiarse.
“Todas las noches, cuando llegaba a casa, rezaba para que me ayudara a superar esta terrible experiencia”, recuerda.
“Ahora estoy agotada, realmente necesito unas vacaciones”, afirma la enfermera con el uniforme celeste antes de volver a leer sus notas.
“Todos estábamos muy deprimidos”, comenta Nkoana, refiriéndose a un día terrible en el que el equipo perdió a cinco pacientes.
– “Difícil ser valiente” –
“Era difícil ser valiente”, confirma Phuti Kobo, de 39 años, supervisora del servicio Covid.
“Cada muerte es difícil de soportar, cuando la revives cinco veces al día (…) Pero hicimos frente”, dice.
Ahora “el servicio está tranquilo, ya no tenemos pacientes con oxígeno ni intubados”, sonríe.
Un equipo de la AFP pudo acceder al servicio después de múltiples solicitudes, ya que las autoridades sanitarias impusieron un bloqueo mediático durante la mayor parte de la pandemia.
En Thembisa, el número de nuevos pacientes de Covid se ha reducido de unos cien en enero a unos veinte en la actualidad.
“Pasamos nuestro tiempo imaginando lo peor. ¿Será igual que la primera, como la segunda ola o incluso más difícil?”, dice Phuti Kobo, el director del hospital, que no baja la guardia ante el riesgo de una tercera ola.
“Estamos mucho mejor informados”, dice Phuti Kobo. “Estamos listos”, concluye.