Angela Merkel recibe este lunes al presidente francés Emmanuel Macron, a pocos días de que Alemania asuma la presidencia rotatoria de la Unión Europea, confrontada, debido al coronavirus, a una crisis sin precedentes que la canciller quiere atajar antes de dejar el poder.
El presidente francés, que prometió aportar “respuestas fuertes” en materia de ecología, deberá sobreponerse del fracaso de su partido en las elecciones municipales de la víspera, que auparon a los ecologistas.
A partir del 1 de julio la canciller Merkel tiene por delante numerosos problemas: desde el “Green Deal” de la Comisión Europea hasta el Brexit, pasando por la migración y las relaciones con China y Estados Unidos.
Llevaba sin asumir la presidencia rotatoria de la UE desde 2007.
La prioridad para los próximos seis meses serán la epidemia de covid-19 y la crisis económica que ha provocado.
“La pandemia de coronavirus ha alterado nuestro mundo, al igual que los planes de la presidencia alemana”, resumió la canciller a finales de mayo.
“Queremos utilizar esta crisis sin precedentes para poner en marcha cambios sin precedentes en la Unión Europea”, confirmó el lunes el jefe de la diplomacia alemana, Heiko Maas, ante el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
– “Prioridad absoluta” –
“Los primeros reflejos, incluidos los nuestros, fueron bastante nacionales y no siempre europeos”, reconoció Merkel, que ahora tiene la intención de evitar “el peligro de que una profunda brecha siga aumentando en Europa”.
Apuesta por la “solidaridad y la ayuda mutua” entre los 27.
Un giro de 180 grados de la dirigente alemana, quien se mostró intransigente con Grecia cuando estuvo al borde de la bancarrota en 2011.
Merkel, hasta ahora criticada por su apego a la ortodoxia presupuestaria y su extrema prudencia, podría “utilizar esta presidencia para dar forma a un legado”, según un diplomático europeo. Sería como el “canto del cisne” de la canciller, dice.
Merkel, en el poder desde hace 15 años, tiene previsto dejar la cancillería a finales de 2021.
Se le acusó con frecuencia de falta de valentía política, pero acaba de romper un tabú alemán sobre solidaridad financiera proponiendo junto con Macron un paquete de estímulo europeo de 500.000 millones de euros.
Los dos dirigentes, que se reunirán en el castillo de Meseberg, al norte de Berlín, propusieron que se financiara con la emisión de deuda europea mutualizada. Se usaría para subvenciones a los países más afectados por el virus.
Esta iniciativa francoalemana allanó el camino para el plan de 750.000 millones de euros de la Comisión Europea, aún pendiente de duras negociaciones en Europa. La presidencia francesa quiere un acuerdo presupuestario en julio.
“Un acuerdo sobre este plan y sobre el futuro presupuesto de los próximos siete años será la prioridad absoluta de nuestra presidencia”, confirmó Maas, convencido de que “la prosperidad de Europa en las próximas décadas depende de ello”.
Está en juego el éxito de esta presidencia rotatoria y hasta la evolución del bloque europeo.
Si no se adopta el paquete de estímulo se “agravarían todos los problemas”, alimentando el populismo, advirtió la canciller en sábado en una entrevista.
Si la UE supera las reticencias de los llamados países “frugales” opuestos al plan –Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia–, la presidencia alemana sería un éxito.
– Un “No deal” devastador –
La UE tiene otra piedra en el camino: las negociaciones posbrexit estancadas.
El Reino Unido salió de la UE el 31 de enero y ahora negocia con Bruselas para intentar establecer una relación comercial ventajosa con el bloque al final del período de transición que termina a finales de año.
Las negociaciones no han permitido progresos reales pese a que el plazo tope se acerca, y con él el riesgo de un “no deal”, devastador para la economía.
Merkel tampoco oculta que quiere que Europa asuma “más responsabilidades” a escala global frente a los “bloques” chino y estadounidense.
Y quiere concluir un “acuerdo de inversiones” con Pekín. Pero la cumbre UE-China prevista en Leipzig en septiembre tuvo que ser anulada debido a la epidemia y por falta de perspectiva de acuerdo.