En Diálogo21, la abogada Tahnya Pastor se refirió al tema de la reforma constitucional, específicamente a la propuesta de modificación al artículo 248.
Pastor dijo estar a favor de dicha reforma, aunque aclaró que existe una gran desinformación y “terror infundado” en redes sociales sobre su alcance. “Estoy de acuerdo con esta ratificación de reforma. Lo dije desde que se propuso”, comentó.
La abogada recordó que la Constitución de El Salvador ha sido históricamente producto de contextos complejos, incluyendo golpes de Estado.
— Diálogo – GMV (@dialogo21) January 30, 2025
#Diálogo21 | "Nuestra Constitución ha sido objeto de golpes de Estado"
"Lo que sucede es que te están vendiendo la idea de que estás asesinando la Constitución, que el día de ayer murió la democracia", dijo @TahnyaPastor, sobre la ratificación del Art. 248 Cn. pic.twitter.com/AfnTrXHDtR
En su intervención, explicó que los procesos constitucionales no han sido creados por los mejores expertos, sino por ciudadanos en situaciones políticas de crisis. “No podemos esperar que en la actualidad tengamos una Constitución perfecta”, señaló, destacando que la actual fue producto de un acuerdo durante la guerra civil y reformas que no han logrado erradicar la impunidad que ha acompañado a muchos exfuncionarios.
Pastor también hizo énfasis en la necesidad de que la Constitución se adapte a las realidades actuales. “Esto ya no es una foto de la realidad, esto es un video”, dijo, aludiendo a los cambios sociales y políticos que exigen ajustes en el marco legal del país. La abogada destacó que la ciudadanía está buscando cambios concretos y reales, más allá de los debates constitucionales o las disputas de poder. “La gente no está pendiente de cómo se acuerda la Constitución. La gente quiere cambios, quiere realidad”, afirmó, subrayando el deseo generalizado de dejar de financiar a los partidos políticos tradicionales.
Además, Pastor criticó la forma en que el poder se ha utilizado históricamente y cómo ha sido empleado para mantener intereses políticos. Aseguró que el problema no radica en la utilización del poder, sino en quién lo ejerce y cómo lo hace. En este contexto, sostuvo que es imperativo que los cambios propuestos en la Constitución respondan a las expectativas y demandas del pueblo. “La gente está clara en que el cambio es lo que ha apostado”, concluyó.
Este análisis pone en evidencia un punto clave en el debate sobre las reformas constitucionales: la necesidad de alinearlas con las aspiraciones de un país que busca evolución, justicia y transparencia.